Ser fan acérrimo de Metallica, un simple rockero que los aprecia y a veces escucha, o aquél que sólo los conoce por "Nothing Else Matters", además de por ser una de las bandas con uno de los nombres más famosos en la historia del metal, nos pone justo en el centro de la cancha que estamos pisando al hablar de Metallica.
¿Qué quiero decir con esto?
Simplemente que hay conversaciones de bajo, medio y alto perfil. O mejor dicho, aquellas pláticas que refieren a un equipo, juego, artista o banda dentro de las grandes ligas.
Metallica representa una de las bandas que disfruté más a flor de piel al ser adolescente, ese rock puro y fino que conseguía sacar la energía precisa de mi ser, y que canalizaba esas tendencias más que peligrosas dentro de aquellos años tan llenos de turbulencia. Por supuesto tuve la oportunidad de verlos en aquel primer concierto en la Ciudad de México, con su "Black Album" en 1993. De esos conciertos que llevas en la sangre, por la marca indeleble en el ser que queda para el resto de tu vida. De esas noches que pueden compararse con un antes y un después, dentro del significado del mundo musical.
El gusto por el "Heavy Metal", por lo menos en mi caso, ha tenido toda una serie de variantes que actualmente no estaría tan seguro de conservar de la manera más pura. En pocas palabras, Metallica es una de las pocas bandas que aún disfruto escuchar por largo rato, sin tener el deseo de cambiar de banda. Y aunque ya buen tiempo había pasado sin escucharlos, este Noviembre llegó a nosotros su "Hardwired...To Self-Destruct" que, honestamente no esperaba en absoluto.
Al darme cuenta que había un nuevo vídeo, y que su disco estaba por salir, me llegó un sentimiento de fuerte aprecio y gusto por la noticia, recordando la década de los ´90 con un cierto toque nostálgico. Supe en ese momento que estaría escribiendo estas líneas, con todo el gusto y pasión que esta banda se ha ganado con un servidor, por supuesto esperando que su entrega fuera algo motivador a ese nivel.
¿Cuál ha sido el resultado?
Definitivamente algo interesante, pues nunca esperé encontrarme con distintos sonidos pertenecientes a diferentes épocas de Metallica, en un mismo álbum.
Tal cual puedo decirles, que si escuchas el "Hardwired" de principio a término, puedes sentir una especie de viaje en el tiempo, en el que la banda visita por momentos el sonido de grabaciones anteriores. Personalmente, y hasta este momento, siento que esas ligas tocan el "Kill 'Em All", el "Ride The Lightening", el "Master Of Puppets", el "...And Justice For All", y quizás una cierta mezcla o unión de pronto entre el "Metallica", con el "Load" y el "Re-Load".
Te estarás preguntando: ¿O sea que lo nuevo es un refrito o un mero reflejo de todo lo anterior?
La respuesta es, NO.
¿Quieres un disco en el que puedas escuchar un "Heavy Metal" fino y lleno de energía, con toques precisos de "Speed Metal", sin ser una grabación puramente dentro de este género?
Un disco lleno de poder, que también retoma líneas melódicas que ensamblan estructuras rítmicas bien sólidas, marcando un viaje más que gratificante para cualquiera que haya estado esperando un motivo por el cual seguir en las filas del metal pesado.
¿Ser, o no ser fan de Metallica?
Escribe: Android 101
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