He tenido en mente escribir sobre este track de Nine Inch Nails hace ya tiempo, lo curioso es que siempre que lo pienso, no encuentro la forma de comenzar.
Así que, he decidido escucharlo repetidas veces, hasta lograr estar aquí, recordando el 2008 el mismo día que tuve la descarga directa a "The Slip", como cortesía de Trent Reznor para dar a conocer su nuevo trabajo, de manera completamente inusual, logrando a su vez causar grandes expectativas en sus formas innovadoras y un tanto crípticas de llevar su proyecto.
Habrá ocasión de hablar sobre el disco entero, pero hoy quiero destacar la unión de dos fabulosos tracks dentro de un disco igualmente sorprendente. Y no sólo eso, sino lo que viví apartir de ellos.
El año 2008 tuvo fuertes implicaciones en mi entorno, fue el año que decidí renunciar a mi trabajo para hacerme independiente, el año en el que cada mañana al alba, caminaba largos trayectos en la ciudad para llegar a mi trabajo, mientras escuchaba mi música incesantemente.
Y fue en aquellas mañana, dentro del caos vial y a veces angustiado por ir algunos minutos retrasado, donde estos tracks de NIN fueron tomando un sentido especialmente álgido para mí.
¿Ya los conocías? Si no es así, dales play ahora con un buen par de audífonos, y apaga la luz de donde te encuentres. No pretendo que vivas lo mismo que yo, pero estoy seguro de que si estás aquí, es porque te interesa más el "under" que el "mainstream", y que quizás ésta sea buena oportunidad para que vivas algo particular.
Siempre he sentido una marcada atracción por la obscuridad. Caminado hacia la salida de los edificios, donde viví casi toda mi vida, llegué a sentir que Corona Radiata sería lo que en la atmósfera comenzaría a sonar, justo segundos antes de que nuestra raza tuviera que enfrentar aquello que aún no conocemos.
Tal vez dejaríamos de sentir el tiempo, quizás podríamos tratar de hablar o hasta gritar, sin que la persona más próxima a nosotros pudiera escucharnos.
Imaginaba el cielo como un boquete inmenso que poseía una atracción hipnótica... De pronto, en los tramos donde no había nadie más que yo, estaba totalmente seguro de que alguien pisaba mis pasos, y lo más extraño de ello, es que no sentía miedo alguno.
The Four Of Us Are Dying llegaba con sus característicos latidos, mientras el bajo trazaba esas vueltas repetidas que anuncian un camino unidireccional.
Hubo una mañana, en la que claramente aluciné a Trent Reznor al final de una esquina cuando caminaba por las calles de la Colonia Roma. Figura totalmente negra y delgada, cabello e igualmente obscuro con esa caída característica en el "Downward Spiral"; y el bajo incesante en mis audífonos caminaban con ese poder determinante, de saber que hagas lo que hagas, algo está por ocurrir.
Luego por las tardes, casi en la penumbra me sentaba a leer "El Exorcista", de nuevo con estos tonos.
¿Por qué lo hacía? Escucha el disco e inténtalo.. Ya tú me dirás....
Existe algo definitivo, un poder subyacente, una fuerza tangencial, una dimensión que claramente absorbe e hipnotiza, y si aún no lo creías, mira ahora mismo a tu alrededor, observa la pared detrás de tu monitor, escucha bien y con toda atención..
¿Hay ladridos bien a lo lejos?
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