....Invisible, entre todas esas avenidas y calles. Invisible en todos los rincones donde me escondí, en las estaciones del metro, en los restaurantes y bares. Invisible sí, pero con visibilidad.
Regresé con mi amigo a uno de esos bares donde tiempo atrás y en un crudo invierno, decidí hacer lo que nunca me imaginé hacer. Ese bar lleva por nombre “Botanica" y se encuentra en el barrio de Nolita.
Mi amigo jugó un rol de Virgilio para mí en plena urbe, en plena oscuridad, en pleno caos, en plena confusión, en pleno purgatorio. Ese viaje me exigía regresar a ese sitio y yo tenía que beber una cerveza Stella ahí, agradecer y continuar. Eso hice. Cambiar la página y con ello, todo quedaría abierto a lo que pudiera venir. Abierto a lo que yo quisiera escribir. El perdón y la gratitud serían concedidos. El regalo llegaría después, pero el momento para hacerlo era ese y no otro.
Esta ocasión, en este viaje, yo no era un turista más... Sólo caminé y caminé... Me fundí en NY. Observé y respiré. El edificio Chrysler, mi favorito, lucía más radiante que nunca. Yo era sólo un espectador, invisible pero con visibilidad. Desmoronado sí, pero reconstruyendo. Atorado por un momento. Engañado pensé que saltaba pero, era una caída... Una caída, un instante y ese instante pasaría... No había nada ya que no hubiera oído antes, así que el miedo desapareció... Partir de la nada y crear desde ahí. Solo.
De pronto, abrí los ojos y me encontraba en un concierto dentro del mítico y legendario Madison Square Garden en un intimidante sold out. Esa “Good Fortune” que canta como ángel PJ Harvey, en un álbum concebido en la ciudad de NY “Stories from the city, stories from the sea” se hizo presente en mí, una vez más... “Good Fortune, Oscar”, me dije. Esa noche del 19 de julio del 2015, los espíritus de Joey Ramone y Lou Reed estaban presentes... De verdad que estaban ahí. “Life happens” como antítesis al “shit happens”.
La oscuridad llegó y con ella una luz. Un foco sobre el escenario principal.
“The Miracle” sucedió esa noche... El estruendo no se hizo esperar, la energía estaba ahí y yo era parte de eso y ubicado en una zona privilegiada... A sólo unos metros de quienes para muchos pueden ser criticados e incluso odiados, pero que para mí, es U2 y es mi banda favorita... No tenía otra cosa más que hacer que, subirme a la nave, vivirlo al máximo, soltar, fluir y, sobre todo, ser agradecido por esa bendición. Eso hice.
Una especie de exorcismo sucedió con “Stuck in a moment...” y con “Invisible”. El llanto de un niño que pierde a su madre en el supermercado no se hizo esperar en mí. Cuando me sequé las lágrimas por la emoción y por todo lo que se jugaba en el momento, me di cuenta de que no estaba perdido, que sólo me había distraído. Crecí. Hice la llamada telefónica desde ahí, en vivo y en directo con “Song for someone” y “Every breaking wave” pero nadie atendió del otro lado... Supongo que así se tenía que contar la historia. Fue entonces que, casi como alivio para mi alma, Bono se sentó a cantar “With or without you” frente a los 4 desconocidos que estábamos justo en la valla... Él realmente nos veía, realmente logré sentir sus ojos azules y con ellos, una increíble tranquilidad que transmitía su mirada, tal como alguna vez pude presenciarlo con Michael Stipe de REM...
No, esta vez fue superior... Bono y su mirada serena me decían: “Esto es un regalo para ti, sólo para ti. Disfrútalo. Calma. Todo estará bien. Estarás bien”. Un momento único y quizá irrepetible. The Edge, Adam y Larry simplemente ejecutando con maestría y virtuosismo sus partes... 4 viejos conocidos y yo, haciendo lo nuestro. “October” no había sido tocada en vivo en más de 25 años y esa noche para nuestra fortuna, la escuchamos... No aparece en el setlist de la noche. Improvisación y alquimia, quizá. Es curioso que me haya atrevido a perder el miedo y hoy escriba estas líneas en el primer día de octubre de este 2015...
No, esta vez fue superior... Bono y su mirada serena me decían: “Esto es un regalo para ti, sólo para ti. Disfrútalo. Calma. Todo estará bien. Estarás bien”. Un momento único y quizá irrepetible. The Edge, Adam y Larry simplemente ejecutando con maestría y virtuosismo sus partes... 4 viejos conocidos y yo, haciendo lo nuestro. “October” no había sido tocada en vivo en más de 25 años y esa noche para nuestra fortuna, la escuchamos... No aparece en el setlist de la noche. Improvisación y alquimia, quizá. Es curioso que me haya atrevido a perder el miedo y hoy escriba estas líneas en el primer día de octubre de este 2015...
De pronto, las luces se encendieron y las mariposas volaron.
Musikcut / texto y fotografías de Oscar Dueñas Pérez © 2015-Legal
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