Recuerdo el año de 1998 con especial importancia y emoción. Tal vez fue un tiempo con la fuerza suficiente para marcar una época completa de mi vida, de esas que recuerdas nítidamente, y que aparentemente encierran toda una vida en cortos meses.
Hoy es el "Lift" de los Love & Rockets el material que me lleva a ese año, para retomar puntos que parecen de otra existencia, completando espacios vacíos del año apenas concluido 2016.
Cada que regreso a escuchar este disco, me doy cuenta de la grandeza con la que los Love & Rockets despidieron su trayectoria hace casi veinte años. Nunca hubiera pensado que era su último álbum, y quizás no lo sea, pero hasta hoy las posibilidades no han girado en una nueva era musical, de uno de los tríos británicos más talentosos en la historia de la música.
El "Lift" me lleva a significar sobre todo los siguientes tres años de mi vida después de haber aparecido, logrando encerrar momentos que podrían enmarcarse, formando parte de una galería de un vestíbulo invisible para la mayoría. Habrá quienes dirán que es mucho mejor llegar a él con el estupefaciente de elección personal, sin embargo mi opinión resulta contraria. Escúchalo lo más despierto y consciente que puedas, sin ningún tipo de interrupción y con el volumen apropiado que demuestre el trabajo en capas de su grabación. Un buen par de audífonos siempre cambian por completo lo que decidas escuchar, sin embargo hay grabaciones en las que la diferencia va más allá de lo normal. El "Lift" es una perfecta combinación de elementos musicales, que no tiene otro disco paralelo, siendo su unicidad lo que lo llega a convertir en una isla poco común y posible de hallar para muchos.
Su tendencia electrónica marcada, que mezcla ese Rock-Glam realzando los bajos de David J., las letras llenas de mensajes encriptados, donde las tristezas de la vida no justifican ninguna rendición ante amores nunca concretados. Tal vez una grabación tan humana, que fue determinada por el inconsciente de tres vidas que tienden a lugares poco explorados por la gran mayoría; incluso dimensiones donde la luz y la obscuridad son exactamente lo mismo.
De hecho, este trabajo final de los "Love & Rockets" tocó una cúspide tan alta, que a mi parecer podría considerarse ese lugar que tantos músicos y artistas anhela, sin a veces darse cuenta de que ya están ahí. Ese momento que pasa de lo trascendental a lo legendario, en el que el resultado es tan brillante que no puede ser imitado ni repetido.
Es perfecto para escucharse a altas horas de la noche y en completa soledad, si estás esperando explorar ese lado personal que carece de dirección o localización. Con esto te digo que puedes encontrar lo que tú quieras, dependiendo del estado anímico con el que llegues a escucharlo. No es un disco que tienda a nada específico, el viaje puede a veces ser rápido, pausado, lento, intenso, triste, iluminado, denso, agresivo u obscuro, sin embargo es uno mismo el que elige el traje y maquillaje con el que se mostrará ante un vasto y perfecto espejo.
Hay días en los que independientemente de los egos aplastantes y las historias personales, me pregunto por la remota posibilidad de que Daniel Ash, Kevin Haskins y David J. pudieran retomar casi dos décadas más tarde, la elaboración de una nueva historia sonora que hiciera eco determinante en esos lugares tan vacíos y estupidizados por la pseudo música mediática.... Algo que así como el "Lift", nos gritara-
"Here comes the magic again, here comes the magic again!!...Soft saxophones blow away...."
Escribe: Andrés U. (Android 101)
Escribe: Andrés U. (Android 101)
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